
Pequeños enfermitos perversos salen a las calles todos los días y desfiguran esta hermosa ciudad. Dejando sus frasesitas pelotudas, invadiendo el espacio público y haciendo a la gente sentirse sucia y manoseada. Sólo sacan, quitan, toman y no devuelven nada. Son perversos y egoístas y hacen que el mundo sea un lugar desagradable para vivir.
Los llamamos agencias de publicidad y planificadores urbanos.
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