sábado, 20 de junio de 2009

ciruelas y lagartijas

Javi, juguemos un juego. El que escribe el número más alto gana.
Javi, que estaba parado al lado de su hermano, los dos mirando el pizarrón a 20 centímetros de su frente, levanta los ojos y mira a su hermano. Estaban en penitencia, los dos.
Bueno. ¿pero más alto en el pizarrón o más grande en cantidad?
Javi era inteligente, a pesar de ser 4 años más chico que Pablo, que tenía 10.
Más grande en cantidad.

Dice Pablo mientras despacio, por lo bajo, alcanza una tiza blanca a Javier.
A Javier no le gustó tocar la superficie sucia y seca de la tiza. Esa sensación de yeso, de oraciones y oraciones, sujetos, predicados, países, nombres de gente muerta concentrados en un pedacito de yeso. Pero lo necesitaba para escribir el número más grande en la pizarra y así, sólo escribiendo el más más grande, ganarle a su hermano mayor. Estando en penitencia.

Ambos giran ligeramente sus cabezas, y llegan a mirarse de reojo. Ambos sabían que si la maestra notaba esta especie de contacto, los mataría. Los degollaría lentamente, como pelan los viejos del campo a las lagartijas antes de comerlas. Lo haría sobre el pupitre pulido de su alumno consentido, ése que le lleva un frasco de dulce casero cuando el ciruelo de su patio le avisa a su madre que es hora de comprar azúcar, ése que responde todas sus preguntas retóricas. Y ella los mataría silenciosamente, gustosamente, mientras la directora, en su despacho adyacente, habla con sus padres comentando la tragedia que no pudieron evitar. Por eso debían apurarse.

Se miraron de reojo y marcaron la largada con un ligero movimiento de labios

...ya...

y se pusieron de nuevo frente a la pizarra.

Dicen que todavía están ahí, en la vieja escuela abandonada, canosos y arrugados, dos viejos locos compitiendo por quén descubre primero un número inexistente. Mientras los viejos afuera, comen lagartijas, y los ciruelos se quiebran por el peso de la fruta, que nadie va a buscar.

3 comentarios:

jc dijo...

me gustó, pero lo terminaría en "... un número inexistente" dps me deja sabor a fábula, a moraleja, a bucay. ;-)

marcos dijo...

Gracias por la corrección john. La verdad que era la intención... ya sé que no está muy bueno conceptualmente, pero a veces siento la necesidad de apropiarme de todo el sentido. Como los personajes del cuento.

Terminá las gaviotas!!!

Anónimo dijo...

Muy buena la moraleja y el contenido. Pero me sorprendió el nombre de los hermanos: mi hermano mayor tambien se llama Pablo y quien escribe, Javier (Alday)... por un momento me sentí identificado