El reloj capilar comenzó su cuenta regresiva, o me está creciendo la frente, la cuestión es que hay que tomar medidas.
Lo primero es adquirir una relación patológica con los shampoos, indispensable.
Después, empezar a pilotearla con cortes y peinados que parezcan normales. En este punto es muy importante desarrollar una sana interacción entre la creatividad y la dignidad.
Finalmente, voy a empezar a ponerme cosas extrañas en la cabeza: hacerme judío sólo por el sombrerito, o comprarme una peluca flúor y hacerme travesti. Ninguna de estas opciones me convence, no confío en la religión ni en los taxistas.
Una buena idea es ir a alguna clínica del cabello y pedirles que me planten soja, y así, como quien engaña a la muerte, robarle unos mangos a la pelada de la cañada.
1 comentario:
he! bo! pelado boton!
Publicar un comentario